Inicio

Las buenas historias nos permiten crear universos ilimitados porque son traviesas, beben de las corrientes subterráneas y de las zonas aparentemente inexploradas. En definitiva: son indestructibles, no saben de prejuicios ni moralidades.

La Nona adolescente tiene una vida rutinaria hasta que por casualidad se encuentra sentada en la butaca de un teatro donde enfrente se le planta Ángel Pavlovsky, su gran referente desde el primer día hasta la actualidad como artista y creador. A partir de ese momento, la vida de Nona ya no volverá a ser la misma.

Se apasiona por el mundo de la escena, y curiosa e hiperactiva por naturaleza, se forma en casi todas las ramas del espectáculo, tanto dentro como fuera del escenario. Empieza trabajando en el Teatreneu como técnica y regidora de escena, donde coincide con artistas que le dejan huella como Jango Edwards, Jordi Dauder, Pepe Anton Muñoz, o Rosa Novell, entre otros. Posteriormente, la ficha Mag Lari como regidora de escena, donde aprende a tener una visión global de la escena y con él descubre que lo que realmente le fascina es la dirección, con lo cual, inquieta como es, decide marcharse a Asturias para abrir horizonte donde se licencia en Dirección de escena y dramaturgia en la Esad de Gijón. Al regresar a Catalunya, comienza a dirigir sus propias obras y acaba estrenando un espectáculo familiar en el festival Grec de Barcelona. Paralelamente, conoce a Jordi Quimera, ilusionista y productor, con quien constituye la productora Grup Charly Trama, a la vez que aprende a dirigir espectáculos de magia con los que descubre y adquiere la capacidad de saber tomar el pulso de la escena y público en el directo, aspecto que le redimensiona la visión de escena. Actualmente, se está formando en animación 3D y entornos interactivos.

Nona es una profesional polivalente, con una mirada escénica personal y particular y una obsesión insana por el espectáculo. En resumen, es una persona adorablemente inaguantable.

Mis puntos cardinales

La escena es una gran generadora de realidades, por lo que no me considero directora de escena, sino una artesana generadora de universos y realidades, que trabaja y modela la escena con el fin de alcanzar el difícil equilibrio entre la forma y el contenido.

Al igual que con la pintura, la tonalidad es fundamental para generar dimensionalidad. Es la responsable, en gran medida, de generar el volumen y las capas de profundidad de una pintura. Mi mayor reto y mayor fascinación está centrada en la búsqueda de la tonalidad de la escena, no sólo a través de los lenguajes escénicos, sino de la amalgama que se genera entre la interpretación y la puesta en escena, bajo el objetivo, no de decir, sino de mostrar.

Lo que creo más complicado es conseguir producir sensaciones desde la comodidad de un sillón. Lo que he descubierto mediante la dirección de espectáculos de magia, es precisamente el captar el pulso de la escena a través de la escucha del público y esto me ha enseñado a afinar el uso del tempo y de los lenguajes escénicos a fin alcanzar el objetivo de que el espectador deje de ser espectador y pase a ser cómplice del universo que se despliega ante él.

Experiencias complementarias